La mujer es lo más hermoso de la creación y cuando uno carece de su amada es como si le faltara el oxígeno. Claro, que yo hablo de un amor eterno e inmaterial.

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Mucho más que un seudónimo, casi un alter ego. Esto es lo que representa para Antonio Sánchez Gómez el nombre de Atilano Olmos. Y es que, cuando Antonio se pone esta máscara, es capaz de liberar sus sentimientos más profundos, aquellos que se mantienen cautivos en el día a día. Cuatro libros de poesía y una novela son el bagaje de este literato que, a pesar de todo, se sigue considerando un simple amateur que sólo busca hacer realidad una de sus ilusiones. Casi veinte años ha permanecido en el cajón su último libro, Poemas de mi soledad, aquel que representa el nacimiento de un artista de vocación tardía.

- ¿Por qué Atilano Olmos?

- La verdad es que mi nombre real, Antonio Sánchez, no sonaba muy literario. Por eso decidí buscar otro con más gancho. Atilano me parecía un nombre que destilaba fuerza y me servía, además, para rendir homenaje a un tío mío que era todo una artista en el trabajo con la madera. Lo de Olmos, un apellido muy a mi familia, me parecía muy poético. Y de momento, esta unión me está dando buenos resultados. No en vano, toreros como Líria, Premios Nobel como Cela o el propio Papa Juan Pablo II, han leído alguno de los trabajos que les envié y me han correspondido.

- Probablemente, el amor es el tema más repetido a lo largo de la historia de la poesía. Su arte no es una excepción.

- Es que, como dice un poema mío, vivir sin amor es una de las mayores desgracias que existen. Pero yo me refiero a ese amor eterno e inmaterial que se logra al final de un buen matrimonio, no al amor placentero e instantáneo.

- ¿Y usted lo conoce?

- Pues, precisamente, yo no estoy casado, por lo que en el plano amoroso me siento muy desafortunado. La mujer es lo más hermoso de la creación, y cuando uno carece de su amada es como si le faltara el oxígeno.

- Se dice que el soneto es la estrofa que mejor refleja el sentimiento amoroso, ¿es por eso una de sus favoritas?

- Ésa es una de las razones. La otra es que, para mí, 14 versos son más que suficientes para expresar cualquier cosa. Todo lo excesivamente largo aburre. Tengo facilidad para sintetizar vivencias y sentimientos.

- Los elementos religiosos también son una constante dentro de su poesía. ¿Con la edad se hace uno más místico?

- Más místico y en mi caso, incluso, más introvertido. No obstante, yo cuento además con una formación religiosa vastísima, más amplia que la científica. No soy sacerdote de milagro

- La siesta, el aperitivo... Las cosas más cotidianas también forma parte de su obras. ¿Son los pequeños placeres los que hacen la vida?

- Para mí, escribir sobre ellas no supone más que un juego, un ejercicio original y llamativo pero hay que reconocer que, a veces, las cosas más sencillas pueden estar cargadas de profundidad.

- Para usted el verdadero fondo de la poesía es transmitir dolor. ¿Lo poetas son seres especialmente torturados?

- No todos, pero considero que el sufrimiento es, incluso, bueno para un poeta. Nosotros transmitimos sentimientos y no hay sentimiento más fuerte que el dolor. Uno de mis mayores referentes García Lorca, lo tuvo presente en toda su obra. A todo ello se suma que yo soy un ser especialmente pesimista.

- Hablando de dolor, en los últimos tiempos ha tenido que aprender a luchar con la enfermedad.

- La enfermedad no ha influido especialmente en mi obra, aunque no cabe duda de que recrudece el sentimiento. De hecho, mi próximo trabajo es un libro de fábulas dirigido a los niños. Más que mi enfermedad, es el peso de la edad lo que ha influido en mi vida diaria y en mi forma de ser. Me ha hecho más retraído, aunque también me ha ayudado a conocerme mejor. En algunos aspectos te cambia para bien.

Fisgoneado en La Verdad.

This entry was posted on 4/21/2009 and is filed under , , , , , . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.