Francisco Cánovas Almagro muestra en la sala El Martillo 'Paisaje urbano': cuadros basados en seres que cruzan los pasos de peatones.

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El pintor alhameño Francisco Cánovas Almagro, ayer, delante de dos de sus cuadros.

«El paso de cebra es lugar de encuentro de las personas, en el que, sin embargo, apenas nos miramos a la cara. Nos encontramos totalmente ajenos a la gente que viene del otro lado. Sólo los edificios que nos contemplan son los auténticos testigos de ese encuentro». Lo afirma el pintor Almagro, o Francisco Cánovas Almagro, quien ayer presentó la exposición Paisaje urbano, que esta tarde se inaugura en El Martillo, la Sala de Exposiciones de la la CAM en Murcia.

Se trata de la culminación de un proyecto, al que el pintor ha estado dedicado durante dos años y medio, y que ha concluido con la realización de veintitrés cuadros; la recreación de un paso de cebra, a base de un conglomerado de distintos tipos de calzado, que parecen transitar sobre un espacio libre; y la proyección de un vídeo, original de Javier Almela, que recoge el ambiente ciudadano, desde que amanece hasta la la presencia de la oscuridad más cerrada, sin olvidar el trasiego diario que realizan miles de personas y automóviles. Para Almagro, pese a las tres vertientes sobre las que se desarrolla la exposición «tiene, sin embargo, una unidad de criterio, o, si se quiere, una variedad dentro de la unidad. Mi objetivo fundamental ha sido recoger todo esto través de mis cuadros. El tiempo dedicado a realizar esta obra ha sido la respuesta a un proyecto concreto, porque me considero un pintor al que le gusta hacer trabajar basándome en ese tipo de proyectos».

Añadió que su obra arranca «de un mundo más figurativo. Mi anterior exposición, Mirar la luz, dedicada a bodegones, estuvo realizada con un carácter cubista, pero pensé que, pasando el tiempo, debería buscar otro lenguaje, aunque sin dejar de que cuanto pintara fuese mi propia obra. Cuando empecé a estudiar la idea de la ciudad, me di cuenta de que no es fácil cambiar de temática, porque la clave es encontrar un lenguaje, una manera de expresión que equilibre el conocimiento del espacio al que vas y del que vienes. Yo creo que a la obra hay que exigirle que sea, no que parezca, porque en la pintura hay que manifestar la autenticidad personal de cada uno. Luego, lo que el espectador vea o crea sobre mi pintura, está totalmente fuera de mis planteamientos».

Cambiar el lenguaje

Para Almagro, el pintor «siente la necesidad de ir cambiando el lenguaje, como algo fundamental. En el artista hay un momento muy importante y es cuando se aburre pintando, cuando el cuadro que pinta tiene unas características muy semejantes al anterior o cuando cree que se está copiando. Es el momento de parar y ser sincero y decirse que es necesario cambiar. Tiene que ocurrir algo para que la motivación siga. Sucede que cuando se dice que el estudio es muy ameno, habría que decirlo entre comillas, porque el estudio exige un sacrificio muy grande, y la soledad que se vive también no es menor. El lenguaje que se mantiene es entre el cuadro y uno mismo. Todo esto exige muchísima dedicación. Con mucha frecuencia, el pintor expone una vez y otra y es el espectador quien se siente poco motivado y emocionado, porque ya conoce lo que está viendo. Esto no es bueno, porque el pintor tiene que ofrecer siempre alguna novedad. Yo no tengo la misma edad siempre».

También afirmó, durante la rueda de prensa, que su obra «siempre se ha caracterizado porque expresa la geometría como un valor esencial. De hecho el concepto de pintar es un concepto matemático y puramente geométrico. Esto es algo que me ofrecía muy directamente la arquitectura urbana. En esta exposición introduzco las figuras, pero de un modo muy relativizado. Aunque el cuadro inicial de esta muestra está formado por un grupo de personas, ese grupo aparece después aislado y convertido en una sola persona. Pese a la presencia constante de quienes cruzan los pasos de cebra, lo que aparece son auténticos paisajes urbanos. Lo que sucede es que el paisaje urbano, concebido de una manera tradicional, se sabe que es una visión panorámica; pero yo huyo de la perspectiva, porque no me preocupa; y el concepto del edificio se simplifica».

Fisgoneado en La Verdad.

This entry was posted on 4/23/2009 and is filed under , , , , , . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.