Cultura y Tradición a través de Imágenes

El escultor murciano, homenajeado por los Amigos del Museo de la Huerta, dice que el artista «debe tener la capacidad de trabajar constantemente»

Mariano González Beltrán es la paz en sí mismo. Charlar con él es sumegirte en un mundo de interrogantes y de reflexiones internas, pero con una profunda tranquilidad. Ello le viene de su infancia cuando, durante días enteros, su pueblo natal, Javalí Nuevo, quedaba incomunicado por las riadas y él se dedicaba a realizar figuras de barro con el tarquín que dejaba la crecida del río. Estos son sus más gratos recuerdos. Su etapa formativa pasó por el Colegio de los Jerónimos de Guadalupe y por la Escuela de Maestría del Puertas de Castilla. La primera exposición de su obra fue en el Museo de la Huerta, y a partir de ahí un largo periplo de exposiciones por diferentes países y también de viajes. La Asociación de Amigos del Museo de la Huerta le acaba de rendir un homenaje.

- ¿Cuáles son las características de un verdadero artistas?

- La creatividad es el pilar principal. Debes tener una capacidad de trabajar constantemente, ser honrado y profesional y ante todo muy respetuoso con todos. Yo puedo hablar de la forma de ver las cosas del otro, de su forma de trabajar y poderle decir francamente que no entiendo su trabajo, pero siempre con un profundo respeto. Mi mayor religión es respetar al otro, y que me respeten.

- Muchas de sus mujeres van con la capaza bajo el brazo, ¿qué llevan dentro?

- Permítame que le aclare, pero no se ha fijado bien, no son capazas, lo que llevan son canastas. Son mis canasteras. Representan el esfuerzo y la mujer, la mujer murciana. La huertana ha trabajado para mí de forma muy dura. La mujer huertana es muy fuerte, con una capacidad de resistencia enorme. Se ha dedicado al trabajo, a cuidar sus pollos para el alimento de la familia, a llevar adelante la barraca y además a cuidar la familia, por eso en muchas ocasiones la represento con un niño agarrado a sus manos. Por tanto en la canasta lleva el esfuerzo de su trabajo.

- Perdone, pero dan la sensación de ir corriendo, como si no llegaran a tiempo a alguna parte.

- Es una forma de moldear el cuerpo femenino sin necesidad de mostrar el desnudo. El viento que choca contra su cuerpo y sus ropas realza el cuerpo femenino, te deja a ti la oportunidad de que te lo imagines. Por otra parte, el desnudo ya esta hecho en otras épocas del arte. Yo quiero la mujer fuerte, trabajadora, y por eso corre contra corriente.

- He leído por ahí sobre usted que no busca la belleza exterior sino esculpir recuerdos y sus sueños. ¿Cuáles son sus sueños?

- En mis sueños busco la perfección, pero es imposible porque no existe en la realidad. Los sueños son más bellos que la realidad y nunca mezclo sueños con la realidad, si lo haces, el caos está servido.

- Una de sus obras más famosas es el Monumento a los Derechos Humanos que se encuentra frente al edifico del Parlamento Europeo. ¿Qué ha supuesto para usted?

- Es una de las obras de las que me siento más orgulloso, incluso cuando desde Estrasburgo me dicen que la foto obligada de todos los presidentes de los Estados visitantes es frente a la obra, y al fondo el edificio del Parlamento Europeo.

- Y hablando de derechos humanos, señáleme tres que crea son los más básicos.

- Mire le voy a ser aún más sencillo. Yo cuando estudiaba el catecismo decíamos que los diez mandamientos se resumían en dos, y eso mismo le digo yo con los Derechos Humanos, se resumen en dos: El respeto a la vida. Yo debo respetarte a ti, y, mutuamente tú me debes respetar a mí. He recorrido mucho mundo, he estudiado todas las religiones y todas llegan a un mismo acuerdo: no se puede matar a una persona en nombre de nada, ni de nadie. El respeto a la vida está por encima de todo. Yo tengo la suerte de estar pasando por la vida siendo feliz, aunque no por eso llore, pero no de desesperanza. Yo no conozco la envidia.

Fisgoneado en La Verdad.