La misa mozárabe y la procesión cierran los actos de la fiesta patronal.
Los actos patronales de San Clemente culminaron, ya bien entrada la noche del pasado lunes, que fue un día festivo atípico, con un espectáculo a cargo de la academia de danza de Nuria Periago, que con el título del Suspiros del moro simbolizaba la pérdida de la ciudad. El marco fue la plaza de España en la que todavía quedaban algunos de los puestos del mercadillo medieval que la ocupó el fin de semana.
Antes, en la colegiata de San Patricio, con una nutrida afluencia de fieles, se celebró una misa con el rito mozárabe, concelebrada por el vicario episcopal de Lorca, José Antonio Abellán Jiménez, el arcipreste Régulo Cayuela Lozano y el párroco, Antonio González Soto.
En lugares destacados del templo se situaron los personajes que simbolizaban a los reyes moros locales y a los Reyes Católicos, y las primeras filas las ocupaban el alcalde, Francisco Jódar; el presidente de la Federación festivo cultural San Clemente, Luis Torres del Alcázar; y los ediles de Turismo, Francisco Montiel; Festejos, Rosa María Medina; y Servicios Sociales, Lali Ibarra.
También asistieron otros miembros de la corporación municipal, entre ellos el portavoz socialista, Leoncio Collado, representaciones de las cofradías y un numeroso grupo de miembros de las cábilas y mesnadas que toman parte en los festejos, ataviados con sus vistosos atuendos.
Al finalizar la ceremonia religiosa, el presidente de la Federación hizo entrega al del Paso Blanco, Juan Andrés Ibáñez Vilches, de una placa de agradecimiento por la participación de los costaleros de San Juan, para llevar a hombros el trono con la imagen de San Clemente. A cada uno de esos costaleros se le entregó un diploma como recuerdo.
La procesión, que salió a continuación, realizó un recorrido por algunas de las calles del casco histórico como la Cava, Porche de San Antonio y Zapatería, antes de regresar al templo. La imagen iba precedida de representaciones de grupos de moros, cristianos y judíos, y tras el Patrón, autoridades y dirigentes de cofradías y asociaciones. El simbolismo de la jornada finalizó con la lectura solemne del acta de capitulación de la ciudad.
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