La procesión con la imagen de la Virgen de las Huertas cerró las celebraciones.
Sobre un trono de plata y rosas y luciendo un manto bordado en sedas y oro, que fue diseñado por el artista lorquino Joakín, y regalado hace unos años por la familia Ruiz Guzmán, la Patrona, Santa María la Real de las Huertas, salió al anochecer en procesión por los alrededores de su santuario, rodeada del cariño y fervor de cientos de lorquinos.
Este acto, que había estado precedido de una celebración eucarística, ponía el broche a la jornada festiva y a todas las actividades en torno a la Patrona que se iniciaron a finales de agosto y se han centrado en el santuario franciscano.
El recorrido procesional sufrió este año un recorte como medida preventiva ante una posible lluvia, pues el cielo estaba muy encapotado e incluso hubo momentos con ligera llovizna. El cortejo obvió el recorrido habitual que le llevaba por buena parte de la barriada de Santa Quiteria para regresar por la alameda que lleva el nombre de la Virgen de las Huertas, y no salió de la plaza del Rey Sabio.
Precedían a la imagen la banda de tambores y gaitas Beato fray Pedro Soler, representaciones de las cofradías de Semana Santa con sus estandartes, un nutrido grupo de camareras de la Virgen y numerosos fieles. También participó una representación de las autoridades municipales.
El trono de plata, obra de la orfebrería sevillana, que se estrenaba con este acto, era llevado a hombros por el centenar de costaleros de la asociación Mozos de Convento, que lo han sufragado.
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